Autora: Dra. Claudia Martínez Higueros
La radiología médica ha evolucionado de forma extraordinaria desde sus orígenes a finales del siglo XIX. Hoy en día, no se trata de una única disciplina, sino de un conjunto de subespecialidades clínicas y técnicas de imagen que permiten evaluar de manera no invasiva prácticamente todos los órganos y sistemas del cuerpo humano.
En este artículo abordamos los principales tipos de radiología utilizados en la práctica médica, sus diferencias técnicas y sus aplicaciones clínicas más relevantes.
1. Radiología convencional (rayos X)

Es la técnica más antigua y sigue siendo una de las más empleadas. Utiliza radiación ionizante para obtener imágenes bidimensionales. Las estructuras más densas (como el hueso) absorben más radiación y se ven más blancas en la imagen.
Aplicaciones más frecuentes:
- Estudio de tórax (neumonías, derrames, fracturas costales).
- Valoración del aparato osteoarticular (fracturas, luxaciones, artrosis).
- Exploración abdominal básica.
2. Tomografía computarizada (TC o TAC)
La tomografía computarizada combina múltiples imágenes obtenidas mediante rayos X para generar cortes transversales del cuerpo. Es rápida, precisa y de gran utilidad en urgencias y en pacientes críticos.
Indicaciones clínicas habituales:
- Ictus, hemorragias intracraneales.
- Traumatismos graves (politraumatizados).
- Estudio de tumores, metástasis o patología pulmonar.
- Angio-TC para estudio vascular no invasivo.
3. Resonancia magnética (RM)

La RM utiliza campos magnéticos y ondas de radiofrecuencia. No emplea radiación y permite obtener imágenes de alta resolución de tejidos blandos, encéfalo, médula espinal, articulaciones o vísceras pélvicas.
Se utiliza principalmente en:
- Patología neurológica (tumores cerebrales, esclerosis múltiple, infartos lacunares).
- Lesiones musculoesqueléticas complejas (ligamentos, cartílago, médula ósea).
- Evaluación ginecológica y prostática.
- Estudio de patología hepática y biliar con secuencias específicas.
4. Ecografía (ultrasonido)
Es una técnica inocua que no emplea radiación. Utiliza ultrasonidos para generar imágenes en tiempo real. Es portátil, económica y segura, lo que la hace indispensable en múltiples especialidades.
Aplicaciones clínicas comunes:
- Control obstétrico y diagnóstico prenatal.
- Evaluación del abdomen (hígado, vesícula, riñones).
- Estudio de tiroides y partes blandas.
- Ecografía doppler para valorar el flujo vascular.
5. Radiología intervencionista
Es una subespecialidad que combina diagnóstico por imagen con procedimientos terapéuticos mínimamente invasivos. Utiliza la imagen en tiempo real para guiar agujas, catéteres o sondas, reduciendo el riesgo y el tiempo de recuperación.
Procedimientos más habituales:
- Biopsias percutáneas.
- Drenajes de abscesos o colecciones.
- Colocación de catéteres y filtros vasculares.
- Embolización de tumores o sangrados activos.
6. Medicina nuclear
La medicina nuclear emplea radiofármacos que se administran al paciente y se acumulan en órganos específicos. La captación de estos compuestos se registra mediante gammacámaras o equipos híbridos como el SPECT y el PET-CT.
Indicaciones clínicas destacadas:
- Detección de metástasis óseas.
- Evaluación del metabolismo tumoral (PET-FDG en oncología).
- Estudios de perfusión miocárdica.
- Diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas.
7. Radiología pediátrica
Es la rama de la radiología dedicada al diagnóstico por imagen en población infantil. Requiere conocimientos específicos y protocolos adaptados para minimizar la exposición a la radiación y atender a las particularidades del desarrollo.
Indicaciones habituales:
- Displasia de cadera del lactante.
- Infecciones respiratorias y digestivas.
- Malformaciones congénitas.
- Evaluación de traumatismos no accidentales.
8. Radiología mamaria
Especialidad centrada en el diagnóstico de enfermedades de la mama. Combina diferentes técnicas: mamografía, ecografía, RM mamaria y procedimientos intervencionistas como biopsias y marcajes.
Utilidad principal:
- Cribado poblacional del cáncer de mama.
- Estudio de nódulos o alteraciones palpables.
- Seguimiento postquirúrgico y de tratamientos oncológicos.
La radiología no es una técnica, sino una constelación de herramientas y especialidades clínicas que hacen posible ver lo invisible, guiar tratamientos y mejorar el pronóstico de los pacientes. Cada tipo de radiología aporta una visión diferente y complementaria, contribuyendo al diagnóstico integral y a la medicina de precisión.
Como especialistas, es esencial mantenernos actualizados, dominar las técnicas y comprender su aplicación en contextos clínicos concretos. La colaboración interdisciplinar y la formación continua son la base de una radiología eficaz, segura y centrada en el paciente.